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Les doy la bienvenida a este nuevo lugar de ocio para todas las edades. En breve comenzaré a subir historias de interés para cualquier tipo de público con la opción de que todos los usuarios puedan disfrutar con ellas. En un principio me gustaría publicar un libro, cada día podrán leer un nuevo capítulo de esta interesante historia.
Un saludo.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Capítulo 4. Se vuelve sensible.


Tras el secuestro de los niños, Olivillo se marchó de aquel lugar, pero no se fue con la conciencia tranquila. El jefe se sentía intranquilo porque había secuestrado a seres inferiores a él y a su banda, y no solo eso, sino que también le estaba jugando una mala pasada a una persona inocente que no tenía culpa de nada y de la que además se había enamorado.
No podía seguir así, la joven fue a la policía y denunció el secuestro, primero, el dueño del negocio la despidió y luego los padres de los niños secuestrados la tacharon de todo, siendo ella inocente y sin tener la culpa de nada. Esta noticia se extendió por todos los lugares de España, e incluso llegó a otras partes del mundo. Olivillo al ver lo destrozada que estaba la profesora, se solidarizó e intentó devolver a los niños, pero se encontró con el problema de que su banda no quería. Había mucho dinero en juego. Pensando en esto, el jefe también reflexionó y no quiso enviar de vuelta a los niños. Los negocios y el amor no tenían nada que ver para él.
Sin embargo, Olivillo no se quedó tranquilo y fue a visitar a la chica a su casa. La joven al verlo entrar se asustó bastante e intentó llamar a la policía, pero finalmente no lo hizo, puesto que el líder de la banda supo como tranquilizarla y se sentaron ambos a charlar.
Olivillo le explicó sus sentimientos, pero le explicó que no podía dejar de delinquir, porque vivía de eso. La joven dijo que todo eso estaba muy bien pero que por su culpa y la de su clan, había perdido su trabajo y estaba destrozada psicológicamente. Arturo, que así se llamaba Olivillo, la entendió y decidió hacer un pacto, él entregaba a los niños a cambio de irse a vivir con ella y de no entregarlo a la policía. La chica no quería, pero estaba en juego la vida de unos niños, entonces tuvo que aceptar. Ese mismo día, Olivillo fue al refugio donde tenían a los niños y los entregó, y en ese mismo momento, hizo sus maletas y se fue a vivir a casa de Maite, la profesora.

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